El bondi


Salgo de mi casa y en el camino voy pensando casi en voz alta: “laaas llaaveess (sacudo el bolso) SÍ; el doocumenntoo (siempre está en el bolsillo interno) SÍ; las mooneeedasss (revuelvo en el bolsillo de saco) SÍ, listo.
Sigo el rumbo de siempre, por la misma vereda, piso la misma baldosa floja (sobre todo si llovió esa mañana), me cruzo a las mismas personas de todos los días y llego a la parada.
La parada está indicada por un palo largo con un cartel en la punta que indica el número y el recorrido. Generalmente no está. Claro, no está el palo, ni el cartelito. Pero si hay suerte quizás todavía exista el reemplazo, que puede ser un simple cartel pequeño que dice “P135” que todavía yace en el palo ó cuando no está el palo, alguien lo pegó en un árbol. Si no hay árbol, perdiste.
De todas maneras puede haber otros indicios de que ahí es la parada. Por ejemplo, la fila de gente. El problema es que la gente no se pone en “la fila” o al menos no en “una fila”. Hacen varias, de acuerdo al credo o profesión ó vaya a saber uno porqué, pero nunca según el número de bondi que estén esperando.
Si hay cuatro se paran en los puntos cardinales. Si hay cinco uno seguro va al medio. También están los acompañantes, esos no suben al bondi y en general forman un círculo de charla amena, lástima que les falta el mate y los bizcochos.
Más o menos me ubico detrás de la masa y relojeo para que no se me cuelen los que van llegando. Pero siempre hay un vivo que se hace el que no entendió la fila y se ubica más o menos al costado y no deja de mirar al frente como si estuvieran sorteando un cero kilómetro.
Lo tengo fichado, pero al rato me olvido porque tengo que prestar atención a los bondis que están viniendo allá a lo lejos. Nunca se diferencian, no se ven los números. Si les ponen luces, uno es verde manzana y el otro es amarillito y justo tienen casi el mismo recorrido. Y cuando es de noche y llovizna, se te empañan los ojos porque las gotitas te caen en las pestañas, así que las luces pasan a ser manchas borrosas, como OVNIS que vienen volando a lo alto.
Si esperás el 25, viene el 26; el 52?, viene el 53 y así sucesivamente. Y el 88, que hace años que lo veo pasar en todas las malditas paradas. Siempre, pero siempre pasa el 88 de color blanco. Es el fantasma de los colectivos porque además, pasa vacío y no para.
Ahí viene….es?….no, no es…o…sí, sí…es…ah no, no…. Y una vieja (de esas que dicen todo gritando) “AHII VIEENNE!! PARALO!! SEÑOR!—NENA! PARAMELO! ESTE ME LLEVA AL HOSPITAAAL!!”
Sube el “primero de la fila” (¿?), un hombre grande con pelo blanco; le sigue una mujer con el hijo de 3 años que llora a los gritos porque la mamá le tiró al piso el chupetín con el que se pegoteó todo, le cuelgan los mocos y encima los pasó por el único caño que le queda al bondi para agarrarse y subir. Sube el pendejo con los auriculares y los ojos desorbitados por el volumen al mango que, desde acá puedo escuchar que son los Red Hot Chilli Pepers.
Por fin me toca a mí. Pero avanzo un paso y la misma señora que antes gritaba como una desaforada y que por eso y por pegar saltos de euforia porque nadie levantaba la mano para parar al bondi porque aún estaba a tres cuadras de distancia, es que le quedó un rulero asomando por un costado del pañuelo; entonces me pega un codazo, se dá cuenta, me mira, la miro y…la dejo pasar.
Por fin subo. Y justo el chofer se empieza a poner impaciente, porque el semáforo ya se puso en verde, entonces empieza a gritarnos cual ganado: “¡¡UN PASITO MÁS AL FONDOOO, VAMOS QUE HAY LUGAR ATRÁAASSS!!…¡¿¿CIERRO?!?”
Arranca como si fuera una carrera de fórmula uno, y si no fuiste precavido y te agarraste de “algún lado”, caés de lleno en las tetas de una ó pisás al de al lado y te la pasás pidiendo disculpas como si fuera el último día de tu vida antes de la sentencia a la silla eléctrica. Más de una vez uno a manoteado en el rejunte de cuerpos algo que mejor no quisiera saber.
Esta vez tengo suerte, la máquina expendedora de boletos tiene un buen día y funciona de maravillas: me dio dos boletos, uno en blanco y el otro con los datos de la casa matriz de expendedoras. Se lo alcanzo al chofer y me dice que pase así, sin boleto.
Hay tanta gente adentro que si abrieran las ventanillas saldrían brazos y cuerpos por la fuerza de la presión. Estamos como envasados al vacío. Empujo de a poco pidiendo permiso (igual nadie me escucha, es más, diría yo que los que tienen lugar para girar la cabeza, me clavan miradas inquisidoras de “¿¡Qué estás diciendo?? Satanás!!?”). Llego al fondo (deberían darme un premio por eso) donde por supuesto hay muchísimo lugar y espacio. La travesía me ocupó tanto tiempo que recién me doy cuenta de que estoy a mitad de camino.
De golpe se vació el pasillo. Llegamos a una avenida y en general, son las paradas clave donde se baja la mayoría (demás está decir, que todo mi esfuerzo por traspasar la masa de gente y llegar al fondo fue en vano. Era cuestión de tiempo y avenidas).
En ese momento, sube a los gritos de “¡¡MOMEEENTO CHOFEEERRR!!! SOY UNA SEÑORA” (¿Y?…las señorasss…?? ¿que?) .
Tenía la misma actitud que la del rulero, pero peor. Ya desde la puerta, visualiza un asiento vacío entre los primeros. Y como hay gente parada todavía, dentro de su cerebro hace una conexión de cable rojo con cable azul (nunca van juntos esos dos) y se le enciende la barra brava que lleva a dentro. Sin ton ni son, revolea el bolso gigante (vaya a saber las cosas que tenía ahí, porque salió por el aire un pedazo de jamón ¿?) y “reservó” así su futura estadía.
Por suerte ya me bajo del Borda, digo, del bondi. Me acerco a la puerta y ya hay una chica parada con el dedo en el mugriento y rotoso timbre. No escucho el timbre. Nunca se escucha. Es probable que no funcione. Casi nunca funcionan. Frena y se abre la puerta. La chica no baja. Espero un segundo, la miro, pregunto: “Bajás?” Y me mira como si le hubiese preguntado “Hoy te pusiste la tanga roja?” Asustada y sobresaltada me dice: “EH?! AH! NO!!”…
”ME DEJÁS PASAR ENTONCES DIOTAAA?!? QUE HACÉS AHÍ PARADA IMBÉCIL!?! (pienso, pero no lo digo, pero la miro mal).
Hoy no maté a nadie. Mañana, quizás..quién sabe?.

25 comentarios en “El bondi

  1. jajajajaja, me encantó! La última frase es muy mía, se la digo a los hijos de puta que no me dejan bajar del subte. Gracias a Dios soy alta y voy empujando hasta que me dejan salir mientras grito «no se dan cuenta que si no se bajan yo no me puedo bajaaar???!!!» Supongo que deben quedar puteandome y las viejas diran «pero que chica tan mal educada». No me importa, yo ya me bajé.

    Beso

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  2. UFFFF «EL BONDI» que tema!!!

    pero esperate, porque esto puede empeorar por ejemplo 18 hs. salis de la oficina un viernes NEFASTO, microcentro… y antes de TOOOOOOODA la odisea que contaste, tenes q superar la prueba del SUBTE D. Catedral-Congreso de Tucuman ufffff MAMADERA!!! no entro en detalles porque me asfixio de solo pensarlo!!!

    Besos Gre@t!!!

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  3. acá estoy !!! se me complica firmar, me pregunta muchas cosas no entiendo nada soy novataaaaa

    sandra estás on fire con los priii !!! hola tete, hola demás gente.

    algo más feo es que el bondi directamente NO PARE porque va muy lleno… de terror

    yo, beren.

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  4. aloha Gre@t !! euu ayer se volvió loquiña con wordpresiño !! vos mandale fruta la mayoría de las cosas son reparables. menos el nombre que elegís como url, el resto de las cagadas que te mandes las podés corregir.

    si no te deja poner cierto nombre es porque ya lo tiene alguien y no lo podés repetir. no me digas que alguien se puso gre@t lady que voy y lo rebano hasta hacerlo molida para empanada árabe.

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  5. Hay Dios que me acorde de muchas cosas!!!.. Alguna vez incluso me cayo alguien encima en una frenada de camion, una señora muerta de la pena porque me cayo encima..claro en eso entonces dije «una señora» pero seguramente no tenia mas años que yo al dia de hoy.

    Excelente tema 🙂

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  6. Buenas buenas…

    Me morí de risa con tu travesía en el Borda!!!

    Por uno de tus post anteriores, creo que vivís en Bs As, no?.

    Yo vivo en una city un poco más peque (Bahía Blanca), pero es casi casi lo mismo.

    ¿Nunca hay ningun tarado que se hace el dormido para no darle el asiento al viejito destartalado, con tripode, que casi no ve y va colgado del caño con la esperanza de no hacerse torta contra el piso? Hay allá también? Seguro…

    Cambio de Blog? (digo, por el comment anterior)

    Avisame! (bah, si quiere vió..)

    Besos!

    Mae

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  7. hay no entonce dejo el otro blog donde esta son 240 posts.. mejor que ahi se quede ..jajaja 🙂 de todas maneras mi mudanza a wordpress era un borron y cuenta nueva. 🙂

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